La legendaria población de Zongolica se
localiza a 40 km de la ciudad de Orizaba. Su nombre alude al topónimo
en voz náhuatl Tzon-coliuh-can “Lugar de las Cabezas Enmarañadas“,
proviene de la cultura nonoualcachichimeca que conquistó la zona
antiguamente ocupada por mazatecos y popolucas. El antiguo señorío
Chalchiuhcalca-Tzoncoliuhqui, después de la invasión española, quedó
convertido en una república de naturales de Zongolica y Tequila, como
los principales cantones indígenas de la sierra.
Primera población indígena en el camino hacia Zongolica, su gente cuenta con una gran herencia cultural reflejada en sus fiestas y costumbres. La construcción de su iglesia data
de 1750 y presenta retablos barrocos con talla de madera indígena.
La lengua náhuatl sigue viva en esta región de Veracruz y se despliega a través de los habitantes de Tequila y sus comunidades. De sus artesanías sobresalen los tejidos y la confección de blusas, huipiles, enredos, fajillas, ceñidores y jorongos, entre una gran gama de productos que hacen gala de la cultura del sitio.
Además, dentro del municipio se encuentran numerosos sótanos y cuevas, entre estos los más importantes son: Sumidero Andrés. 622 metros de longitud, 108 de profundidad y un tiro de 10 metros.
Esta región permaneció aislada hasta mediados del siglo XX en que se logró la primera vía de acceso desde Orizaba hasta Zongolica, esto permitió que la lengua vernácula no se perdieran a pesar de los años y sus costumbres y creencias religiosas han buscado un sano reacomodo en las nuevas tendencias y prácticas religiosas impuestas por los españoles. Visitar esta región puede ser toda una aventura al pasado escondido en un majestuoso paisaje, en rincones que se antojan repletos de leyendas. Punto de inspiración de insurgentes y revolucionarios, donde surgió, por increíble que parezca, en algún momento de la época colonial la acuñación de una moneda, y en la época de Independencia una bandera nacional.